Aromaterapia, qué es y cómo funciona
Se podría definir la aromaterapia como “la parte de la fitoterapia que utiliza los aceites esenciales de las plantas de modo terapéutico”. Se trata por tanto de una forma de terapia basada en el uso de especies botánicas, pero a diferencia de la Fitoterapia que se basa en el principio orgánico de utilizar la planta entera o su extracto de diferentes maneras, la Aromaterapia se centra exclusivamente en el uso de los diferentes aceites esenciales extraídos de las plantas aromáticas.
La palabra “aroma”, procede del griego y significa fragancia mientras que “terapia” significa tratamiento y por lo tanto, la aromaterapia hace referencia al tratamiento a través de las fragancias. Trabaja por tanto, en primer lugar, con el olfato y el efecto que los olores producen a través del sistema olfativo en el cerebro. Desde este enfoque, más emocional y energético, nos encontramos con un amplio potencial a la hora de utilizar los aceites esenciales ya que a través de una simple olfacción esquivamos las expectativas y los condicionamientos mentales llegando a una evocación primaria, intuitiva y profunda que gracias a acceder a nuestra parte subconsciente nos dará gran información sobre nosotros mismos.
Pero la Aromaterapia es conocida también por su lado más puramente científico…. Existen multitud de estudios médicos que la validan como una gran herramienta para la salud. Desde hace años tiene un gran desarrollo en Europa, Canadá, Australia y algunos países de América, y está recomendada por la OMS (Organización Mundial de la Salud). En Francia, es un post-grado médico y está cubierta por el sistema sanitario público.
Las propiedades químicas de los aceites esenciales tienen una amplia capacidad anti-infecciosa, antálgica, anti-inflamatoria, reguladora…. y muy pocas contra-indicaciones siempre que se utilicen de forma rigurosa, conociendo cada aceite que se vaya a emplear, sus posibles efectos adversos (fotosensibilidad, alergia, dermocausticidad…).
Gracias a sus múltiples formas de uso: inhalaciones, aplicación tópica, masajes, baños, cosmética… resulta una práctica y eficaz manera de ayudar al equilibrio de nuestro cuerpo de una manera respetuosa y natural pero siendo conscientes de que no pueden sustituir ningún tratamiento alopático sino que han de emplearse de modo complementario informando al profesional médico de ser el caso.
Del mismo modo que no le pedimos a ningún médico consejo sobre el avance en nuestro crecimiento personal o en nuestro camino espiritual, no debemos tampoco auto-diagnosticarnos ni auto-medicarnos ya sea de forma natural o alopática ya que no tenemos los conocimientos necesarios para ello. Cada cosa en su lugar, aprovechemos lo mejor de ambos mundos.
En un próximo post os daré algunos tips básicos con las cosas a tener en cuenta antes de empezar a usar aceites esenciales y vegetales.
¡Que tengáis un aromático día!