Yin Yoga forma parte de la tradición original del Hatha yoga. Es una combinación del yoga más ancestral, las técnicas utilizadas en la medicina tradicional china y la ciencia occidental, para mejorar nuestra salud a diversos niveles.
Las secuencias trabajan distintas partes del cuerpo y activan determinados órganos y centros de energía. Las posturas o asanas, se mantienen de forma prolongada, otorgando así el tiempo necesario para movilizar y fortalecer las articulaciones, ligamentos y redes fasciales internas.
En las clases de Yin Yoga no utilizamos la fuerza de los músculos ni el equilibrio. Las secuencias se realizan en el suelo y de forma pasiva, es decir, sin esfuerzo muscular y aprovechando la fuerza de la gravedad y el peso. Es una práctica nueva y diferente en la que entramos poco a poco y de forma consciente en cada postura, evitando la contracción muscular para, de forma lenta y progresiva, ir abandonándonos y disfrutando de ese del trabajo (llegando así a las estructuras y tejidos más profundos: articulaciones, ligamentos, tendones y fascia).
Poco a poco descubrimos que nuestro cuerpo va cediendo y descubriremos increíbles sensaciones de paz, relajación y una conexión tan profunda con nosotros mismos que entraremos en un estado de conciencia parecido a la meditación (¡además de sentirnos en la gloria!)
A diferencia de las prácticas de yoga “Yan”, que están diseñadas para trabajar con la mitad muscular de nuestro cuerpo, el Yin nos permite trabajar con la otra mitad: ligamentos, articulaciones, redes fasciales profundas e incluso huesos.
A nivel físico, ayuda a conservar la flexibilidad y el rango de movimiento que vamos perdiendo con la edad, relaja el sistema nervioso central y la mente se calma ( a través de las posturas de Yin sentimos la tensión física y esperamos, ayudándonos con la respiración, a que se relaje). Ayuda a recuperar la curvatura natural de la columna vertebral, aumentando su flexibilidad y rango de movimiento.
A nivel mental, aumenta la capacidad de observación, ya que estar tiempo en las posturas da la opción de poder observar y darse cuenta de qué pensamientos y emociones aparecen y de ver cuáles son mis patrones de reacción y nos ayuda a crear distancia entre nosotros y nuestra mente.
A nivel energético, estimulamos el flujo de la energía vital (Prana/Chi), estimulando así el cuerpo energético compuesto por los Chakras, Nadis o Meridianos, dependiendo de la tradición desde la que miremos. La práctica de Yin Yoga ayuda a desbloquear tensiones de la fascia para que la energía circule libremente.