Constelaciones Sistémicas para la vida
Existe mucha información acerca de esta maravillosa técnica, pero al ser experiencial, en muchos casos sólo vivenciándola podremos hacernos una idea de la magnitud del método. La función básica de las constelaciones es ordenar. El orden es sí es pura armonía. Donde hay orden no hay espacio para el caos, hay claridad, equilibrio y foco. En orden es vital y el vehículo por donde se expresa la conciencia.
El Universo es puro orden y su latido en nosotros nos invita (y a veces fuerza) a estar en sintonía con los órdenes que lo rigen. El Señor Bert Hellinger creó el método de las constelaciones familiares trasmitiéndonos imprescindibles órdenes que gobiernan el sistema familiar y que al aplicarlos pueden crear esa armonía en nuestra vida al permitir que la consciencia familiar se libere y expanda.
En el caso de las constelaciones sistémicas el método se expande y evoluciona para ordenar cualquier sistema, entendiendo sistema como un conjunto de elementos interconectados entre sí en constante relación de cambio, animando y apoyando a su evolución en positivo.
Mediante dinámicas grupales o de manera individual podremos dar nuevas órdenes para clarificar y apoyar la transformación en aquellos aspectos que puedan estar creando desarmonía interna y externa. Además nos ayudará a comprender las lecciones de vida o enseñanzas que hay detrás del malestar para tomar conciencia de nuestra esencia y sus potenciales dones con el fin de rescatarlos e incorporarlos a nuestra vida.
Algunos síntomas que nos pueden invitar a constelar pueden ser situaciones que se repiten en nuestra vida, bloqueos o miedos que nos impiden avanzar, sensación de no estar en el lugar que nos corresponde, relaciones conflictivas, problemas laborales, etc.
El resultado de una constelación siempre es positivo aportando sensación de paz y una corriente de flujo sereno que nos anima precisamente a eso, a hacer la paz con uno mismo y con nuestro lugar en el mundo.
Por Marta Montero (noviembre 2015)