En las clases de Defensa Personal daremos las bases para que cualquier persona (con independencia de su sexo, tamaño o edad) y en el menor tiempo posible, sea capaz de defenderse con ciertas garantías, ante una agresión, proceda de quien proceda.
Están especialmente enfocadas a la mujer aunque son igualmente válidas para los hombres, ya que los principios que rigen la Defensa Personal son los mismos para todos. Ese enfoque femenino viene determinado por el estricto planteamiento defensivo.
Nuestra pretensión no es la de convertiros en expertos luchadores, ni en que ganéis combates. Si eso es lo que buscas, seguro que encontrarás otros lugares o sistemas más idóneos. No es un sistema enfocado a ganar una pelea en un bar, o a medirnos como gallos de pelea ante un forzado adversario.
Nuestro objetivo es daros pautas para establecer una defensa eficaz, teniendo siempre en cuenta que la mejor defensa es no tener que llegar a defenderse. Quien evita riesgos, evita consecuencias no deseadas. Y evitar riesgos no es cobardía, sino prudencia y sabiduría.
Incidiremos en la eficacia (olvidándonos de las florituras), ya que el fin último de una defensa no es derrotar a un “enemigo”, sino darnos ventaja en una eventual y posterior fuga.
Aprenderemos a golpear de manera eficaz sin necesidad de ser un experto boxeador. Aprenderemos cuales son las zonas del cuerpo más vulnerables para realizar un ataque con garantías, sin necesidad de causar daños irreversibles a nuestro agresor. Así como qué zonas de nuestro cuerpo son las mejores para realizar nuestro ataque. Aprenderemos luxaciones e inmovilizaciones básicas eficaces ante TODOS los seres humanos, ya que todos tenemos las mismas articulaciones, los mismos huesos o los mismos nervios susceptibles de ser atacados de la manera adecuada. Aprenderemos el modo de actuar ante una eventual agresión, y a utilizar todo elemento ocasional que nos pueda dar una ventaja.
Y por último, aprenderemos aquellas cosas que NO debemos hacer.